Por Josefina Caprile de García Llorente
Cientos de estudios demuestran que aquello que se vive en la infancia deja huellas imborrables en nuestro modo de ser y obrar. Asimismo, asegura José M. Batllori, autor del libro Cómo educar jugando, en esta etapa de la vida, el juego tiene un valor inestimable: el niño necesita jugar. Y de este modo, alegre y divertido, explora el mundo que lo rodea e ingresa en él. “Quizá se ha dicho poco –expresa Batllori– que el juego es el gran aprendizaje de la vida.”
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