El fenómeno del ciberbullying no es sólo una extensión a las NTICs (Internet, telefonía móvil...) del bullying tradicional o acoso escolar. Coincide en ciertos aspectos, pero son muchas también las diferencias y los matices y van más allá de la mera forma en la que se materializa la amenaza o el maltrato psicológico.
Países con mayor tradición tecnológica como EE.UU., Canadá o Reino Unido son desde hace tiempo conscientes de un problema que crece en gran parte debido a estos factores que actúan como catalizadores:
La omnipresencia espacial (es un entorno en sí mismo y forma también parte del resto) y temporal que impide “ocultarse” a la persona acosada.
Mayor grado de anonimato de quien acosa.
- La no necesidad de coincidir físicamente con la víctima ni de conocerla para cometer el acoso.
- La fácil “agrupación” de hostigadores (aliados para acosar encontrados en la red).
- La menor percepción del daño infligido. No se ve a la víctima sufrir.
- Las “excusas”: todo el mundo lo hace, no era en serio...con las que se defiende el hostigador.
- La adopción de un rol ficticio online sobre el que descargan su responsabilidad quienes quieren desprenderse del sentimiento de culpa.
El ciberbullying, cada vez más presente en las escuelas e institutos de Japón
Japón tiene 15.000 escuelas e institutos, los cuales tienen 38.000 páginas web no oficiales, en las que predominan el acoso, el contenido sexual y palabras violentas, según un estudio del Ministerio de Educación de Japón.
Este fenómeno, conocido como "ciberbullying", es todo un problema en el país asiático, ya que en estas páginas web se publican mensajes desagradables y fotos y se envían correos electrónicos acosadores a través del móvil y de Internet.
El problema es que la mayoría de estos sitios, que en su mayoría fueron fundados por estudiantes, no pueden ser controlados, y no se sabe exactamente de quién es la responsabilidad.
Según el estudio, este problema no se resolverá simplemente con echar la culpa a los padres y a los profesores. "Hay que examinar las contramedidas, tanto social como institucionalmente"."
Ha habido muchos incidentes en los que intervienen estos sitios web, pero no sabemos realmente qué es lo que está pasando allí", comenta Tsuyoshi Seno, un funcionario del Ministerio de Educación.
También Nobutaka Machimura, secretario principal del gabinete, dijo que no era fácil para el gobierno responder a la aparición de estos sitios web, dando la razón al estudio.
Términos como "Te voy a matar"
El estudio del Ministerio de Educación japonés también advierte de que la mitad de los mensajes de las páginas web que ha analizado son desagradables, el 40% utiliza palabras y términos sexuales y una cuarta parte palabras o términos violentos como "te voy a matar".
Otro estudio, realizado por la Junta de Educación de Hyogo mostraba que el 10% de los estudiantes de secundaria habían sido objeto de acoso a través de páginas web, blogs o mensajes de correo elctrónico.
Toda esta controversia viene después de que en julio del año pasado, un japonés de 18 años se suicidara en la escuela de Kobe, después de que se publicara una foto de él desnudo en una página web no oficial de la escuela y de que lo chantajearan exigiéndole dinero.
Fuente: www.pantallasamigas.net
Comentario editorial: esta noticia publicada recientemente por un diario digital, nos alerta sobre una situación que es común a muchos países; no sólo en Japón suceden estos hechos. Cada vez se torna más difícil la situación de la niñez y la adolescencia en cualquier país del mundo, la red no tiene fronteras, razón por la cual somos nosotros los que tenemos que establecerlas.
Mientras no se encuentre la forma de legislar sobre internet, aún cuando el artículo diga que no se les puede cargar toda la responsabilidad a los padres, por ahora la única herramienta disponible es el sentido común.
La actitud de mantenerse alerta y prevenir cualquier problema invitando a los hijos al diálogo permitirá discernir juntos dónde está el mal a evitar y lo que es mejor, descubriendo posibilidades y proyectos para hacer de internet un espacio en el que las personas y las sociedades puedan ir caminando hacia la realización plena de un mundo más humano.
Comentario: María Inés Maceratesi
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