domingo, 2 de agosto de 2009

Impulso a la figura del alumno mediador


Es para atender problemas de violencia escolar. El aporte de un compañero surge como alternativa.

Dos alumnos se pelean en el aula, como puede ocurrir cualquier día en cualquier escuela. Un tercer estudiante, tal vez compañero de ellos, que ya recibió una capacitación previa, interviene horas o días después, para ayudarlos a resolver el problema que hizo eclosión entre ambos.

El ejemplo anterior sintetiza lo que ya ocurre en instituciones educativas de la provincia. Se trata el programa de alumnos mediadores, que ya comenzó a proponerse a docentes, directivos y supervisores, en el contexto de un plan nacional, como una alternativa componedora para los emergentes de la violencia dentro del aula.

"Sobre todo en la adolescencia, la palabra de un par, de otro adolescente, tiene una vital importancia. Y puede permitir superar escollos y prejuicios que tienen sobre el mundo adulto los jóvenes", afirmó Patricia Mathiu, la directora del Centro Único de Capacitación Educativa y Tecnológica, del Consejo Provincial de Educación (CPE).

El programa, que ya cuenta con antecedentes a nivel nacional, y en otros países, como España, funciona a través de una capacitación previa a las autoridades y maestros.

"Son ellos los que deben identificar cuáles son los alumnos que pueden reunir condiciones que les posibiliten intervenir en una instancia previa a la resolución de los problemas", afirmó Mathiu.

Lo siguiente es ofrecer "más herramientas" a estos estudiantes, de modo que puedan, si quieren, ser artífices de la conciliación dentro del curso.

El programa surge en medio de las capacitaciones que el Consejo comenzó a ofrecer en distritos de toda la provincia, a partir del año pasado, ante el surgimiento de fenómenos violentos que hasta ahora eran inéditos, como la utilización de tecnología e internet para socializar la violencia dentro del aula.

Mathiu señaló que en las escuelas donde se aplicó, algunas de ellas de la capital provincial, el plan obtuvo "muy buenos resultados".

Puertas adentro de la institución educativa, una de las posibilidades del programa es la de atenuar los prejuicios, que en ocasiones prevalecen entre el alumnado, ante la figura de autoridad, en crisis dentro cuanta institución educativa se tome.

"Si bien la figura del docente siempre está presente, el programa permite una descompresión para lo que viene luego de un conflicto. La participación de un compañero, o de un par de la misma generación, ofrece otras alternativas de la recomposición de un vínculo mediante la palabra. Esto muchas veces permite acortar los caminos para la supresión del problema", dijo Mathiu.

Fuente: Diario Río Negro on line

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