No podemos negar que las familias absorben, de la sociedad, la ausencia de autoridad, como así también el autoritarismo. Ambos extremos mantienen un hilo en común: el temor.
Esto sumerge a la familia en una crisis, que provoca que los padres no actúen con responsabilidad frente a ciertas conductas demandantes de los hijos.
Los padres temerosos se consideran erróneamente tolerantes y dejan que sus hijos tomen sus propias decisiones, establezcan sus propias normas y regulen solos su propio comportamiento. Leer más
Esto sumerge a la familia en una crisis, que provoca que los padres no actúen con responsabilidad frente a ciertas conductas demandantes de los hijos.
Los padres temerosos se consideran erróneamente tolerantes y dejan que sus hijos tomen sus propias decisiones, establezcan sus propias normas y regulen solos su propio comportamiento. Leer más
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