La iniciativa, de la diputada de Encuentro Popular para la Victoria María José Lubertino, propone distribuir preservativos a partir de sexto grado en los establecimientos educativos porteños como forma de educación sexual.
Las legisladoras porteñas María José Lubertino (Encuentro Popular para la Victoria), María Elena Naddeo (Diálogo por Buenos Aires) y Laura García Tuñón (Movimiento Proyecto Sur) presentaron un proyecto que propone distribuir preservativos en las escuelas de la Ciudad a partir de sexto grado.
La iniciativa, denominada de "Accesibilidad de los Preservativos en el Ambito Escolar", se fundamenta en que los niños tengan “una adecuada educación sexual”, según explicó Lubertino, y será difundida este viernes a las 17 en la escuela Técnica 5 "María de Los Remedios Escalada de San Martín", situada en Alberdi 1845, con la presencia de expertos en el tema y también de alumnos.
La diputada explicó que tanto las familias como la escuela son responsables de la educación sexual del niño, y fundamentó el proyecto alegando que “la mayoría de los chicos donde más concurren es a la escuela”.
En sus argumentos, Lubertino señala que el mismo "fue concebido como un medio útil para que se incentiven y provean herramientas -útiles, información y acceso a métodos anticonceptivos en los establecimientos educativos- para prevenir la transmisión de enfermedades, permitir el control responsable de la natalidad, y defender los derechos sexuales y reproductivos".
En este sentido, opinó que los anticonceptivos y preservativos deberían estar disponibles para todos y en todos lados para lograr una “adecuada educación sexual”, y puntualizó que, en el caso de los colegios, los pondría en las aulas o en los baños, donde serían entregados junto a información sobre prevención de embarazo y enfermedades de transmisión sexual
Además, Lubertino señaló que “los chicos probablemente hablen más con las maestras que con las mamás” sobre este tema.
"Nuestra principal preocupación es que no se está cumpliendo con la Ley de Educación Sexual en las escuelas y es justamente la educación una de las maneras de prevenir los embarazos adolescentes y los abortos", precisó la legisladora.
También agregó que su planteo "responde a la urgencia y necesidad de promover políticas públicas tendientes a generar hábitos y prácticas responsables entre los jóvenes, acentuando la prevención y permitiéndoles un acceso inmediato" a los preservativos.
Cabe destacar que Lubertino trabaja en el tema de la prevención de VIH y también brinda talleres de educación sexual. La diputada también había presentado con anterioridad un proyecto para la distribución de preservativos en los boliches porteños.
Comentario sobre esta medida:
¿Es una buena medida repartir preservativos en la escuela a partir del sexto grado como lo proponen las legisladoras?
Estamos hablando de niñas y niños de infantes que muy bien pueden haber llegado a la pubertad pero que están en el inicio de un cambio físico que no necesariamente va acompañado de una maduración psíquica y mental.
La edad de los niños y niñas que asisten a un sexto grado es de once años, edad que tiene -como cada etapa de la vida - características, intereses, objetivos diversos que no tienen por qué relacionarse necesariamente con el hecho de que vayan a iniciar relaciones sexuales.
El rol de la familia en esta etapa es clave porque es un momento en que, amparándose en la Ley de Educación Sexual, el estado se entromete en la vida privada de cada familia y pretende hacer con sus hijos lo que supuestamente no hacen los padres, ésto es, cuidarlos, orientarlos, educarlos, acompañarlos en su crecimiento y maduración integral.
Repartir preservativos no es y nunca será una solución pero sí es la más fácil y también la que justifica el gasto de partidas presupuestarias que podrían destinarse a otros ámbitos. En pos de evitarles el contagio de enfermedades de transmisión sexual, se les proveen soluciones que pueden ser interpretadas como mágicas, del tipo: "protegidos con ésto podemos hacer cualquier cosa" sin advertir que como todo en la vida, se necesita estar suficientemente maduro y adquirir una cierta responsabilidad para ejercer una vida sexual activa. Los niños y niñas de once años están en la edad de ocuparse de sus estudios, de practicar algún deporte, de desarrollar sus capacidades artísticas, a todo ello debería dedicarse la escuela, como así también de tratar que no se acerquen a la droga, el alcohol y a las diversiones dañinas.
Los preservativos no son la panacea universal, pueden romperse, pincharse, estar vencidos y provocar lo contrario de lo que se quiere evitar.
Una buena y efectiva educación sexual pasa, a mi entender, por respetar los tiempos de crecimiento, conversar con nuestros hijos para que comprendan que tienen toda una vida por delante antes de embarcarse en relaciones sexuales como diversión y placer únicamente. Que tienen la posibilidad de comenzar una relación más adelante, con alguien a quien amen y no para establecer una especie de maratón para ver quién lo hace primero y con más compañeros sexuales.
La vida sexual es una dimensión muy delicada y hermosa que no debe relegarse pero tampoco debe apresurarse, repito, la solución más fácil nunca es la más acertada, aprender a esperar también forma parte de la educación integral. Y el argumento tan remanido de que los pobres no tienen la posibilidad de una familia que los acompañe y el estado tiene que suplir su rol puede ser que así sea pero no por éso debe aplicarse una medida de tal magnitud masivamente porque podría hacer más mal que bien.
María Inés Maceratesi
Las legisladoras porteñas María José Lubertino (Encuentro Popular para la Victoria), María Elena Naddeo (Diálogo por Buenos Aires) y Laura García Tuñón (Movimiento Proyecto Sur) presentaron un proyecto que propone distribuir preservativos en las escuelas de la Ciudad a partir de sexto grado.
La iniciativa, denominada de "Accesibilidad de los Preservativos en el Ambito Escolar", se fundamenta en que los niños tengan “una adecuada educación sexual”, según explicó Lubertino, y será difundida este viernes a las 17 en la escuela Técnica 5 "María de Los Remedios Escalada de San Martín", situada en Alberdi 1845, con la presencia de expertos en el tema y también de alumnos.
La diputada explicó que tanto las familias como la escuela son responsables de la educación sexual del niño, y fundamentó el proyecto alegando que “la mayoría de los chicos donde más concurren es a la escuela”.
En sus argumentos, Lubertino señala que el mismo "fue concebido como un medio útil para que se incentiven y provean herramientas -útiles, información y acceso a métodos anticonceptivos en los establecimientos educativos- para prevenir la transmisión de enfermedades, permitir el control responsable de la natalidad, y defender los derechos sexuales y reproductivos".
En este sentido, opinó que los anticonceptivos y preservativos deberían estar disponibles para todos y en todos lados para lograr una “adecuada educación sexual”, y puntualizó que, en el caso de los colegios, los pondría en las aulas o en los baños, donde serían entregados junto a información sobre prevención de embarazo y enfermedades de transmisión sexual
Además, Lubertino señaló que “los chicos probablemente hablen más con las maestras que con las mamás” sobre este tema.
"Nuestra principal preocupación es que no se está cumpliendo con la Ley de Educación Sexual en las escuelas y es justamente la educación una de las maneras de prevenir los embarazos adolescentes y los abortos", precisó la legisladora.
También agregó que su planteo "responde a la urgencia y necesidad de promover políticas públicas tendientes a generar hábitos y prácticas responsables entre los jóvenes, acentuando la prevención y permitiéndoles un acceso inmediato" a los preservativos.
Cabe destacar que Lubertino trabaja en el tema de la prevención de VIH y también brinda talleres de educación sexual. La diputada también había presentado con anterioridad un proyecto para la distribución de preservativos en los boliches porteños.
Comentario sobre esta medida:
¿Es una buena medida repartir preservativos en la escuela a partir del sexto grado como lo proponen las legisladoras?
Estamos hablando de niñas y niños de infantes que muy bien pueden haber llegado a la pubertad pero que están en el inicio de un cambio físico que no necesariamente va acompañado de una maduración psíquica y mental.
La edad de los niños y niñas que asisten a un sexto grado es de once años, edad que tiene -como cada etapa de la vida - características, intereses, objetivos diversos que no tienen por qué relacionarse necesariamente con el hecho de que vayan a iniciar relaciones sexuales.
El rol de la familia en esta etapa es clave porque es un momento en que, amparándose en la Ley de Educación Sexual, el estado se entromete en la vida privada de cada familia y pretende hacer con sus hijos lo que supuestamente no hacen los padres, ésto es, cuidarlos, orientarlos, educarlos, acompañarlos en su crecimiento y maduración integral.
Repartir preservativos no es y nunca será una solución pero sí es la más fácil y también la que justifica el gasto de partidas presupuestarias que podrían destinarse a otros ámbitos. En pos de evitarles el contagio de enfermedades de transmisión sexual, se les proveen soluciones que pueden ser interpretadas como mágicas, del tipo: "protegidos con ésto podemos hacer cualquier cosa" sin advertir que como todo en la vida, se necesita estar suficientemente maduro y adquirir una cierta responsabilidad para ejercer una vida sexual activa. Los niños y niñas de once años están en la edad de ocuparse de sus estudios, de practicar algún deporte, de desarrollar sus capacidades artísticas, a todo ello debería dedicarse la escuela, como así también de tratar que no se acerquen a la droga, el alcohol y a las diversiones dañinas.
Los preservativos no son la panacea universal, pueden romperse, pincharse, estar vencidos y provocar lo contrario de lo que se quiere evitar.
Una buena y efectiva educación sexual pasa, a mi entender, por respetar los tiempos de crecimiento, conversar con nuestros hijos para que comprendan que tienen toda una vida por delante antes de embarcarse en relaciones sexuales como diversión y placer únicamente. Que tienen la posibilidad de comenzar una relación más adelante, con alguien a quien amen y no para establecer una especie de maratón para ver quién lo hace primero y con más compañeros sexuales.
La vida sexual es una dimensión muy delicada y hermosa que no debe relegarse pero tampoco debe apresurarse, repito, la solución más fácil nunca es la más acertada, aprender a esperar también forma parte de la educación integral. Y el argumento tan remanido de que los pobres no tienen la posibilidad de una familia que los acompañe y el estado tiene que suplir su rol puede ser que así sea pero no por éso debe aplicarse una medida de tal magnitud masivamente porque podría hacer más mal que bien.
María Inés Maceratesi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario