Desgrabación de la Homilía del Sr. Arzobispo de Buenos Aires cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j., pronunciada en el atrio de la Catedral Metropolitana con motivo de la Misa por la Educación.
En el pasaje del libro de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de escuchar hay una frase muy sugestiva, cuando el Angel le abre la prisión a los Apóstoles. Les dice: “Vayan al templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta vida nueva”. Anuncien esta propuesta, esta propuesta que vienen predicando.
Un mandato que sigue a lo largo de los siglos y que no es otra cosa que el eco de Jesús: “Vayan, anuncien, enseñen, bauticen”. “Vayan al templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta nueva vida”. Y qué es lo que se refiere a esta nueva vida? Muy sencillo. Que Dios nos amó tanto que entregó a su Hijo para salvarnos. Lo escuchamos en el Evangelio que se acaba de proclamar. Y Jesús, cuando explica esto, dice que “la luz vino al mundo, Dios envió la luz al mundo”.
Pero hay hombres que prefieren las tinieblas y el Señor marca esa división secular, no ya de buenos contra malos, de este color contra este otro color sino de una opción interior: yo prefiero la luz, yo prefiero las tinieblas… y esa opción sigue cobrando fuerzas en nuestros días. Y Jesús avanza en su explicación: porque todo el que obra mal “odia la luz y no se acerca a ella por temor de que sus obras sean descubiertas”. Todo el que tiene mala conciencia se esconde de la luz, se esconde de la evidencia, en las mil maneras de esconderse que hay, pero no se deja iluminar por esa luz mansa de la verdad; en cambio, sigue Jesús, el “que obra conforme a la Verdad se acerca a la luz para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas por Dios”. El que tiene la conciencia tranquila, el que siempre busca el bien se abre a la luz y por ahí la luz le hace ver que está equivocado acá y acá, y lo reconoce! Porque tiene buena intención. Este modo de vida que el Angel nos manda a anunciar es que optemos por la luz.
En este día, en que damos oficialmente como inaugurado, así de manera espiritualmente, este año lectivo, en oración, nos viene bien recordar a quienes estamos encargados de educar, a todos los que trabajan en una comunidad educativa y a los padres también porque ellos trabajan en la comunidad educativa, nuestra única opción es llevar a los chicos y a las chicas por el camino de la luz.
Esto hoy no es fácil! Lo saben todos ustedes! Lo sabemos todos! Las propuestas de las tinieblas están al alcance de la mano… las tinieblas de la media verdad; la tiniebla gnóstica de la experimentación con los chicos… (experimentemos este método a ver como sale y el chico tiene una educación de probeta y si salió mal, pobrecito, fracasó!) Eso es tiniebla: con los chicos no se experimenta. La tiniebla del abandono: cuantos chicos y chicas “abandónicos” recibimos en nuestras aulas! Abandonados de cariño, diálogo, alegría y que no saben lo que es jugar con papá y mamá. La propuesta del atajo fácil, de la satisfacción al alcance de la mano, la propuesta del alcohol, la propuesta de la droga… y eso es tiniebla. La propuesta de la droga… no tienen idea de lo grave que es esta propuesta tenebrosa, esta corrupción que llega incluso a repartirse en las esquinas de las escuelas.
Una veintena de sacerdotes de esta Arquidiócesis acaba de hacer público una reflexión, un documento sobre este gravísimo problema: la droga. Pero esto no es una cuestión de estos sacerdotes; es cuestión de todos nosotros; es cuestión mía y de todos los obispos auxiliares que apoyamos esa declaración! Porque tenemos que defender la “cría” (perdonen la palabra) y a veces este mundo de las tinieblas nos hace olvidar de ese instinto de defender la cría.
Y como esas tinieblas son poderosas, en el día de ayer uno de los sacerdotes firmantes de ese comunicado fue amenazado. Sabemos que estas amenazas no son chaucha y palitos…. No sabemos en que van a terminar. Pero vos hablás! Denunciás una tiniebla que es ofrecida por los mercaderes de las tinieblas en las puertas mismas de los lugares donde están los chicos y te viene la amenaza! Todavía hay hombres y mujeres que se consocian para llevar adelante la tiniebla como felicidad fácil, como felicidad al alcance de la mano.
Hoy a ustedes que trabajan en Educación, rodeados de estos chicos y chicas sobre los cuales tenemos responsabilidad, les digo como el Angel a los Apóstoles: “Salgan del encierro y vayan y anuncien este modo de vida”. Este modo de vida en que la luz es la que vence; este modo en que no se negocia la luz por un farolito así nomás que deja a su costado espacios de tiniebla.
Anuncien este modo de vida en que la tiniebla no tiene lugar y luchen contra ese cansancio tan habitual que los caracteriza en su vocación para que cada chico y cada chica abra su corazón a la luz y no le tengan miedo a la luz aunque les pueda costar algunas dificultades.
A ustedes, chicas y chicos, simplemente les digo: Caminen por la luz, no se dejen seducir por los mercaderes de las tinieblas; abran su corazón a la luz aunque cueste. No se dejen encadenar por esas promesas que parecen de libertad y son de opresión; las promesas del gozo fatuo, las promesas de las tinieblas. Sigan adelante. El mundo es de ustedes. Vívanlo en la luz. Y vívanlo con alegría porque el que camina en la luz tiene un corazón alegre. Y esto es lo que les deseo a todos ustedes.
Cardenal Jorge M. Bergoglio, s.j.
Buenos Aires, miércoles 22 de abril de 2009.
Fuente: Oficina de Prensa Arzobispado de Buenos Aires
Fuente: Oficina de Prensa Arzobispado de Buenos Aires
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